En la Dirección y Gestión de Equipos de Trabajo a veces se nos olvida algo fundamental y es fomentar Cohesión Grupal. Este es el ingrediente esencial para que un equipo crezca y se enriquezca humanamente y dé un salto en la eficiencia.

A veces las capacidades y competencias técnicas de los colaboradores son una realidad, pero el equipo como unidad no evoluciona ni crece, no da el salto.

¿Por qué? Las causas pueden ser múltiples: puede existir algún conflicto encubierto que no se ha tratado y que está generando malestar. Otras veces no existe la motivación suficiente de cada miembro y entonces las capacidades intelectivas y técnicas disminuyen, generando una bajada de rendimiento y resultados positivos. Otras veces es una cuestión de falta de unión en cuanto a los valores de la empresa. Y otras la inexistencia de valores de equipo que aporten a los colaboradores un sentido profundo en relación a lo que hacen, como fuente de inspiración y motivación intrínseca dentro del equipo.

Hoy os voy a hablar de la Comunicación, esa herramienta que nos acompaña siempre a los seres humanos en todo nuestro quehacer. En las organizaciones humanas la comunicación es el elemento vehicular con el que nos relacionamos cada día con nuestros colaboradores si somos esos líderes de equipo, o entre compañeros. Y es necesario que esa comunicación sea adecuada y positiva para que todos nos sintamos cómodos, en un ambiente cordial y de confianza que facilite las reuniones, los consensos y la resolución de conflictos, o esas entrevistas y evaluaciones de desempeño para que sean motivadoras y constructivas.

La empatía, la escucha activa, ponernos en el lugar del otro, entender lo que el otro necesita y está demandando detrás de la apariencia de las palabras y los argumentos rígidos, lo que llamamos “nuestras razones”, es de vital importancia para que el espacio de trabajo sea un entorno positivo y saludable.

Todos necesitamos que nos escuchen, que nos disculpen en un momento dado, saber disculpar sin peros, hablar con amabilidad para que los demás nos traten también cordialmente, y saber comprender que la agresividad o el mal tono es siempre consecuencia de un malestar interior que no expreso o que me acompaña desde hace tiempo.

Saber leer entre líneas en el mensaje verbal y no verbal de los demás, es una competencia emocional importantísima para saber manejar las emociones de un equipo, o simplemente para manejarnos mejor en la relación con nuestros compañeros de trabajo.

Aprender a comunicarnos de forma no violenta, es decir, con adecuación social, saber expresar un no sin herir al otro, expresar una queja en forma de demanda o necesidad, sin exigir, saber elaborar un mensaje-yo para pedir un cambio de conducta a alguien, o simplemente saber reforzar o dar feedback constructivo ante un fallo o error, es algo esencial de cara a construir cada día, con nuestra comunicación, un entorno positivo de trabajo, un ambiente de confianza mutuo que fortalezca el vínculo y haga de mi puesto de trabajo, un espacio al que acudo con ganas y con entusiasmo para alcanzar esas metas que me motivan profesional y humanamente.

¡Hasta la próxima a tod@s!