Estos días estoy impartiendo en la UPNA, para el personal interno, el curso sobre “Liderazgo emocional y Gestión de las relaciones en los equipos: un enfoque sistémico”.
En esta Era 3.0 de cambio constante, se impone un nuevo modo de liderar equipos, adaptándonos a los cambios que trae el día a día, respondiendo con resiliencia a los retos diarios, e intentando generar estabilidad y calma en los equipos y colaboradores.
Por ello, en este momento social, formarnos y desarrollarnos como líderes que promuevan una nueva Cultura Organizacional de Colaboración, solidaridad y búsqueda del bien común, es prioritario si queremos que nuestros equipos sean de alto rendimiento.
El líder debe desarrollar competencias que le permitan promover Cohesión Grupal a través de dinámicas, unión y vínculo emocional entre todos en el equipo, crear espacios para el bienestar en la organización, fomentar una comunicación adecuada y no violenta y formas positivas de resolución de conflictos, además de enriquecer al equipo con desarrollo y formación en competencias emocionales y técnicas que aumenten su capacidad profesional y de gestión emocional.
Es una tarea apasionante liderar personas y ver que todos están motivados, que existen unas metas y valores comunes que guían al equipo hacia el progreso personal y profesional, y ver cómo todo ello repercute positivamente en el bienestar y la salud del equipo y de los clientes y usuarios.
Por eso, agradezco a la UPNA que promueva este tipo de cursos entre sus trabajadores. Eso significa que las personas importan y que estar al día en cuestiones organizacionales es también una prioridad.